Soñadores

Sombras en la cortina de seda negra. Colores, espejos y piel: ella estaba desnuda.

-Pasá.

-Listo, acá tenés la plata. Me voy a acostar, que la pase bárbara.

-Que bueno que viniste. El cabeza de rodilla de los miércoles me cae bastante para el orto. Ayer vi una película y me inspiré, Volver. Seguro que el freezer tendría compañía a la mañana.

-Bueno, ya no me alcanza la plata para el hotel. Y las frazadas, ni hablar, ¡Dios! Anoche encontré media cucaracha, mirá vos, media, pobre cucaracha, qué horror!

-Acá sos bienvenido. La gente me ve como tonta, pero les pregunte a ellos si se les ocurre quién incendió Roma, a ver si lo saben. ¡No lo saben!

-Yo lo sé.

-Sé que lo sabés.

- Sé cuan difícil es ver lo que otros no ven. Y vos, ¿te volviste puta por accidente?

-¿Y vos, te volviste marica porque te caíste en la escalera? Estas cosas no se preguntan, carajo, y yo que pensaba que te conocía.

-Perdonáme, es tan solo una expresión. ¡No te enojes! Sabés que te quiero.

-¿Cómo andás?

-Las cosas van muy bien. He escuchado unas leyendas en la universidad. Hay un arco gigante justo en la entrada. Dícese que si alguien entra y sale virgen de allá, se caerá el arco.

-Mirá,y el contrario, ¿qué pasaría? Porque cuando vos salgas de allá, seguro que el mundo va a acabarse en arcos. ¡El imperio de los Arcos Unidos!

- ¡Y habló la tonta, pobre tonta!

-No tengo buena memoria, no recuerdo bien de lo que pasó cuando salí de allá. Pero no se cayó, ahora entiendo. Hace un par de días, de salida de este bulo, arranqué el auto y conduje por la Acampamento. Cuando frené en el semáforo, se cayó todo.

-¿Te caíste?

-No, las compras del Carrefour. Se me había olvidado las bolsas encima del auto, ¡Dios!

-Creo que tengo buena memoria. Recuerdo las bandas sonoras de Jean Jeunet, el color de los labios de Carmen Maura, la sutileza de los poemas de Fellini...

-Bueno, con este trabajo me volví más selectiva, ¿no? Me acuerdo bien es del morocho del edificio Núcleo Antártico. El tipo era espiritista , mirá lo perversa que soy. Te podés imaginar un espiritista experto en Antártida? A lo mejor fue él quien amedrentó a los japoneses en la península de Valdés. ¡Ay, João Gogô! ¡Cómo quería yo a aquél hombre!

-Veo que nadie te va a ganar, nadie. A mí me gustan los morochos, pero no he visto uno tan “receptivo” como el tuyo, jamás. Igual me gustan los rubios, los negros, los blancos, los pelirrojos... y en cuanto a mujeres me gustás vos.

-Tampoco soy una Afrodita, pero gracias. Y vos, ¿estás contento con las clases?

-La Universidad es la concentración de cuadrados por metros cuadrados más grande que he visto en mi vida. Sabés que el tiempo nos desilusiona de algunas cosas...

-Igual me pasó a mí, yo pensé en desistir también. Pero te tengo a vos, estoy bien así. Mirá, ¿ viste la nueva película de Almodóvar?

-Me la descargué desde la internet. Tenía como setecientos megas. Creo que algún Bertolucci del pantano la filmó desde el cine. Se parece a una transmisión de GESTAPO.

-Deberían arrestarles. Si yo pudiera, le pegaba una patada en la cara de quien lo hizo y por cada mega que estos hijos de puta te hacen descargar. Total de siete mil patadas y 1001 noches en Guantánamo… se van a volver Sherazade.

-Me ha dado sueño… Coração, vem dormir comigo, vem.

-Vous habitez dans mon coeur!

-A veces creo que solo te tengo a vos...

Se quedó dormido. Ella sentiría un par de lágrimas, sus piernas entrelazadas en las de él, los senos protegidos al calor de aquellos brazos fuertes. Ya dormía cuando, susurrando, el viento abrió las cortinas y desparramó las tres sonrisas por la noche.